TALLER MARXISTA "El imperialismo fase superior del capitalismo" Vladimir Ilich Lenin



Hace ya 91 años que V.I.Lenin escribió su folleto El imperialismo, fase superior del capitalismo y tras la derrota del ciclo revolucionario que comenzó con Octubre, nos encontramos con un marxismo-leninismo adulterado, apartado de la historia, pero no rebatido, sino que sigue ocupando su lugar como la única concepción revolucionaria del mundo, por eso desde la JML animamos a todo el movimiento comunista a hacer un estudio crítico sobre los clásicos que conformaron el comunismo como ideología revolucionaria, con el fin de su reconstitución ideológica y política.
Desde la JML señalaremos una serie de puntos que hemos considerado reseñar por su importancia.
En primer lugar, el imperialismo es por su esencia económica, el capitalismo monopolista. El capitalismo en su fase libre cambista, debido al continuo desarrollo de la concentración de la producción, cuando llega a un grado muy elevado, genera monopolios. Esa concentración monopolista de las fuerzas productivas es la causa de que ese capitalismo primigenio evolucione a un estado de desarrollo cualitativamente superior, una estructura económica y social más elevada, el sistema imperialista.
El capital financiero monopolista identifica capital industrial y capital bancario tejiendo un entramado de relaciones de interdependencia sobre todos los ámbitos económicos e instituciones burguesas, a la vez que reestructura y circunscribe todos los tipos de relaciones sociales de producción en torno al sistema de dominación y producción imperialista. Esta socialización de la producción es la que caracteriza al imperialismo como sistema, como estructura económica y social más elevada.
En segundo lugar analizaremos los siguientes párrafos, dice Lenin:
“La producción pasa a ser social, pero la apropiación continua siendo privada. Los medios sociales de producción siguen siendo propiedad privada de un reducido número de individuos. (...)”
“(...) nos hallamos ante una socialización de la producción y no ante un simple ‘entrelazamiento’, se advierte que las relaciones de economía y de propiedad privadas constituyen una envoltura que no corresponde ya al contenido, que esa envoltura debe inevitablemente descomponerse si se aplaza con artificio su supresión, que puede permanecer en estado de descomposición durante un período relativamente largo (en el peor de los casos, si la curación del absceso oportunista se prolonga demasiado), pero que, con todo y con eso, será ineluctablemente suprimida.”
Estos extractos pueden dar lugar a interpretaciones no marxistas.
Tras la lectura del primer párrafo podemos encontrarnos con una interpretación economicista, ésta plantearía que la siguiente y última tarea sería la supresión jurídica de la propiedad privada y con el simple desarrollo de las fuerzas productivas nos encontraríamos de bruces con el comunismo.
En el segundo párrafo puede darse una deriva espontaneísta en cuanto que niega el papel activo del sujeto en el desarrollo de la historia, el simple paso del tiempo acabará derrumbando el sistema imperialista, y en la realidad nos encontramos con un sistema imperialista que se mantiene y se reestructura crisis tan crisis.
Estos dos párrafos no son más que la manifestación de la misma cosa, la deriva revisionista que inevitablemente acompaña al marxismo-leninismo como expresión de su contrario ideológico burgués.
La cuestión fundamental la encontramos en qué se entiende por socialización de la producción en el sistema imperialista, estamos de acuerdo con Lenin en cuanto que esa socialización centraliza y organiza las fuerzas productivas (LENIN: El imperialismo, fase superior del capitalismo. Progreso, 1989, p.125), pero no rompe con la división social del trabajo. Si no se elimina la división entre trabajo intelectual y manual (origen de la sociedad de clases), el sistema se reproducirá y generará nuevamente una estructura de clases con otra forma de propiedad.
Estas desviaciones economicistas han ido acompañando al marxismo durante toda su historia. Lenin lucha contra ellas personificadas en la II Internacional y no deja de romper con ellas, esta podredumbre incrustada en el marxismo-leninismo termina por vencer en la Unión Soviética y reproduciendo el sistema de clases; sólo en china mediante la revolución cultural se vuelve a poner acento en la lucha de clases.
Sólo mediante la revolución y la lucha de clases en el seno de la dictadura del proletariado se podrá superar esa contradicción de clases que representa la división del trabajo y así avanzar hacia el comunismo.
Una vez que dejamos claro el carácter sistémico que tiene el imperialismo, se nos plantea una contradicción con las tesis que lo conciben como una política concreta. No es de extrañar que al igual que Kautsky en su tiempo, hoy en día se nos vuelva a presentar esta línea reformista y pacifista burguesa en organizaciones como por ejemplo ATTAC. Plantean que el imperialismo es una de las formas políticas del capitalismo, por tanto debemos “luchar” contra esa política, contra ese imperialismo. Pero esa “lucha” deja intactas las bases económicas del sistema imperialista y esto no va más allá de los buenos deseos.
Otra crítica que hoy nos encontramos con el mismo contenido que hace un siglo, es la pequeño-burguesa. Esta crítica plantea el cambio de rumbo, volver a la libre competencia; estamos de acuerdo como Lenin en que la libre competencia, sin monopolios, podría desarrollar el capitalismo y el comercio con mayor rapidez, pero, prosigue Lenin, cuanto más rápido es el desarrollo del comercio y del capitalismo, más se desarrolla la concentración de la producción y del capital generando monopolios. Pero todavía hay economistas burgueses en el S.XXI que genialmente se creen que rebaten el comunismo diciendo “pero si hay leyes antimonopolio” y Lenin en 1916 señala “Aun en el caso de que los monopolios frenasen actualmente su desarrollo, esto no sería, a pesar de todo, un argumento a favor de la libre competencia, la cual es imposible después de haber dado origen a los monopolios”.
Si en el S.XXI existe el imperialismo, la única solución nos la ofrece el marxismo-leninismo, la revolución proletaria.

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